La crisis del Covid19 está imponiendo una economía sin contacto –“low touch economy”- e impulsando la transformación digital de las empresas. El teletrabajo, la telemedicina, la educación a distancia o los “webinar” son algunos ejemplos de cómo hemos sustituido relaciones personales por relaciones a distancia.

Las empresas se han visto obligadas a analizar el impacto de la pandemia en sus relaciones con clientes, con proveedores y con empleados, debiendo adoptar medidas para mantener su actividad diaria dentro de esta “nueva realidad”, con el fin de minimizar cualquier riesgo de contagio.

Muchas de estas medidas se quedarán ya para siempre, pero otras no: la gestión de clientes y la de las personas/equipos, por ejemplo, requieren un contacto directo y personal que es insustituible, y ahora, más que nunca, somos conscientes de ello.

Sí que es importante que las organizaciones aprovechen este nuevo entorno y analicen todos sus procesos para, si es posible, optimizarlos y, sobre todo, identificar, en el contexto actual del mercado, dónde está el verdadero “core” de nuestro negocio, ejercicio que en muchas ocasiones nos traerá reflexiones estratégicas importantes: ¿cuál es “core” del negocio de El Corte Inglés, Mercadona, Inditex o el Banco Santander?.

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